viernes, octubre 07, 2005

Wallace & Gromit: La batalla de los vegetales

Título original: Wallace & Gromit: The curse of the were-rabbit / Dirección: Nick Park & Steve Box
País: Reino Unido / Año: 2005 / Duración: 1 hora 25 minutos.

Por Ariel Benasayag

Un creador peculiar. El avance de “Wallace y Gromit: La batalla de los vegetales” anuncia -como cualquier breve comentario que puede leerse o escucharse por ahí-, que es la nueva película de los creadores de “Pollitos en fuga”. Y si bien esto no es incorrecto, más apropiado –para todos menos para el Mercado, claro- sería decir que es la nueva película del creador de “Wallace & Gromit”, que con tres cortometrajes ya había hecho una gran carrera antes del éxito de taquilla.

Los cortos en cuestión son “Wallace & Gromit: A grand day out” (1989), Wallace & Gromit: The wrong trousers” (1993) y “Wallace & Gromit: A close shave” (1995) -se consiguen los tres juntos-, por los que Nick Park recibió dos premios y una nominación al Oscar -ese mismo año ganó el galardón al Mejor Corto de Animación por “Creature Comforts” (1989)-.

Después sí vino “Pollito en fuga” (2000), que combinó el talento y la taquilla.

¿Qué particularidad tienen todos los títulos de este innegable talento de la animación de la productora inglesa Aarman? Están realizados con la técnica artesanal del stop-motion, que se consigue al fotografiar los movimientos mínimos de personajes-muñecos fabricados -en este caso- con plastilina y arcilla. Un infatigable arte, que no tiene motivos para competir con el también fascinante formato digital, que tantas alegrías nos ha dado en los últimos años.

Simpáticas creaciones. La nueva película de Park, que comenzó a realizar en 2000 –el dato nos permite calcular los tiempos de una producción semejante-, lleva a la pantalla grande a sus dos personajes más entrañables: Wallace, un distraído e ingenioso inventor inglés amante del queso, y su perro, Gromit, perspicaz y silencioso colega del anterior que, agarrándose una y otra vez la cabeza, lo hace salir airoso de las situaciones más extrañas: se los puede ver viajando a la Luna en busca de queso o viéndoselas con un pingüino de pantalones divertidos.

En esta oportunidad la perfecta animación viene acompañada de una historia simple pero con suficientes giros como para convertirse una excelente comedia de suspenso.

Pesticidas ecológicos. Wallace y Gromit viven en un pueblo en el que todos los años se lleva a cabo un festival en el que se premian los mejores exponentes del mundo de las hortalizas. Los vecinos pasan sus días cuidando y mimando zapallos, papas, repollos y zanahorias gigantescos para participar este concurso, que les otorga una inconmensurable satisfacción personal, además del prestigio entre los demás envidiosos competidores.

El trabajo del inventor y su fiel compañero es nada menos que combatir las plagas que acechan las cosechas de sus vecinos. Claro que lo hacen con métodos poco convencionales: en vez de utilizar veneno o armas de fuego, estos dos ecológicos controladores de plagas atrapan a los conejos invasores y los alojan en el sótano de su casa, donde los alimentan como huéspedes de lujo.

Pero bastará el amor de una mujer -y no el de cualquier mujer sino el de la “carotenada” Lady Tottington, comprometida con Víctor Quartermaine, un cazador menos que furtivo- para que los delirios de nuestro héroe lo lleven más allá de las posibilidades humanas y condene inocentemente al pueblo a un peligro monstruoso.

Suerte de doblaje. Ya que a esta altura de los hechos resulta casi imposible que lleguen a Mendoza copias dobladas y subtituladas de las películas animadas, o de cualquiera que las distribuidoras consideren propicias para el público infantil, no podemos hablar aquí del trabajo de Helena Bonham-Carter (que también podremos escuchar como la voz de “El cadáver de la novia” de su esposo Tim Burton) ni del de Ralph Finnes. Sin embargo, sí podemos celebrar que “Wallace y Gromit” tengan un doblaje neutro, y no el insoportable porteño (que invadía incluso aspectos del guión) de “Los increíbles” y que ya tristemente promete “Chicken little”.

Fantasías animadas. A pesar de que la historia es algo típica, “La batalla de los vegetales” es, más que cualquier otra, una película para disfrutar: la animación con plastilina no deja de deslumbrar en ningún momento (aunque se podrían haber agregado más gags que posibilita el maleable material, que todavía no quedan igual en digital), los personajes son graciosos y entrañables (sobre todo el apocalíptico reverendo del pueblo) y los detalles y resoluciones de las desventuras de estos dos nuevos-viejos héroes, citas y fantasías mediante, llevan al espectador de viaje por cierta nostálgica ingenuidad animada, modelo 2005.

Calificación: 4 Nanitos.



Título original: "The Madagascar penguins in a Christmas caper".
País: Estados Unidos / Año: 2005 / Duración: 10 minutos.

Yapa. Como anticipando la segunda parte de “Madagascar”, Dreamworks Animation (oportuna coproductora de “La batalla de los vegetales”) presenta antes de la película un corto animado protagonizado por los pingüinos sicóticos castrenses del zoológico de Nueva York, en una aventura navideña que también se deja disfrutar, aunque de otra forma. “Madagascar” (2005) decepcionó desde el guión; ahora apuesta al humor desquiciado de estos personajes, tal vez como una prueba de lo que veremos en el 2007.

Calificación: 3 Nanitos.

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