martes, octubre 18, 2005

Vidas cruzadas

Título original: “Crash” / Dirección: Paul Haggis.
País: Estados Unidos-Alemania / Año: 2004 / Duración: 1 hora 53 minutos.

Por Ariel Benasayag

Choque. Encuentro violento de una cosa con otra. Contienda, disputa, riña o desazón con una o más personas.

¿Por qué chocamos?

Distancia, enojo, gritos, discriminación, xenofobia, poder, abuso, racismo, dolor, deshonra, impotencia. Odio. Incomunicación, desconexión, confusión. Violencia. Casualidad, causalidad, destino. Dolor, gritos, milagro, tragedia, hipocresía, amor, muerte, impotencia, aprendizaje. Calma. Choque.

Choque. El título “Vidas cruzadas” (que parece el nombre genérico perfecto para una película de narración fragmentada y paralela como esta) leído al pasar en una cartelera, no llama mucho la atención y tampoco parece prometer demasiado; de hecho, suena a más de lo mismo que llega por montones y decepciona una y otra vez. Afortunadamente, “Crash”, choque, no lo es: versa sobre las temáticas y las impresiones que me he traído de la sala y que enumero arriba, como respuesta a la misma pregunta que Paul Haggings (también guionista) hace.

“Vidas cruzadas” es una hipótesis sobre nuestros choques. Momentos de la sociedad actual, que sin embargo parecen haber estado desde siempre. Problemas esenciales concretizados en personas, familias, historias de Los Ángeles, como si esta gran ciudad del norte condensara demasiados (¿o se trata sólo de uno?) de los conflictos de la Humanidad. Todo esto con un excelente ritmo, banda de sonido y actuaciones.

Algunos escenas recuerdan “La casa de arena y niebla” (“House of sand and fog”, 2003), también impresionante. Y algo es seguro respecto de las dos: no son las primeras ni serán -por mucho lamentablemente- las últimas películas necesarias sobre la creciente discriminación occidental y sus consecuencias.

Calificación: 4 Nanitos.



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